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Se subió en la bici y empezó a pedalear. Después de todo, ese era el mejor momento del día, a solas consigo y lejos de otra gente que en ocasiones le molestaba. Desde que había comenzado a hacer aquellas rutas, sentía cierta libertad y no necesitaba a nadie para entretenerse. Sus amigos y amigas incluso habían dejado de llamarle, al ver que no respondía a sus propuestas y que no deseaba acompañarles a ningún sitio.

 

En este momento de su vida, pensaba que nadie merecía la pena como para compartir su tiempo, y por eso la bici se había vuelto tan indispensable. La inercia de sus piernas le devolvió a la realidad, al notar que los pedales no respondían al empuje, tras un fuerte tirón que hasta le asustó.

 

Llegó a tiempo de poner los pies en el suelo justo al darse cuenta de que la cadena se había salido. Era la primera vez que sucedía pero no parecía muy complicado de arreglar, según había observado alguna vez.

 

Se apartó a un lado del camino y se dispuso a colocarla en los dientes, pero aquello no acababa de encajar. Una y otra vez lo intentó y se maldijo por su falta de habilidad, hasta que decidió sentarse al borde del sendero y esperar a que pasara algún ciclista experimentado que pudiera echarle una mano.

 

Sucedió que, pensando en la cadena de la bici,  decidió mirarla de otro modo, y se dio cuenta  por primera vez del engranaje que hacía mover la rueda y de cómo todas las piezas tenían un papel clave en su funcionamiento.

 

- ¿Te ayudo? – La voz le trajo de vuelta a la realidad y, al levantar la cabeza, se dio cuenta de que una chica estaba parada a su lado observando.

 

Ante su asombro, y mientras pensaba la respuesta, ella ya había comenzado a colocar la cadena con suma destreza, comentando que era cuestión de paciencia.

 

En aquel instante se dio cuenta de que, al igual que las piezas de una bici actúan en sinergia, con funciones diferentes pero compatibles, las personas nos necesitamos para lograr cosas juntos.

 

En esta carretera del mundo, encontrarás cientos, miles, ¡e incluso millones! de compañeros y compañeras de viaje. Y todas esas personas te enseñarán algo que será muy importante para ti.

 

La clave está en mantener la cadena fuerte y engrasada, para que en los baches de la vida pueda ayudarte a emprender de nuevo tu camino.

Carol Pérez

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